El trabajo del analista/comentarista.

por, Randy Chávez


(Para un pana y joven periodista deportivo)


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La lógica y el pronóstico de resultados deportivos: posibilidad, probabilidad y algo más





"Mañana el Bayer le gana al Barça", aseveró orgulloso el hasta hace poco hater de gradas, y ahora flamante titulado en periodismo, además de comentarista radial, sin dar detalles ni explicar lo que con tanta seguridad afirmaba.

Su tono transmitía más deseo y ganas de que ello ocurriera, tal cual sus palabras, que un ejercicio analítico de un profesional de la comunicación social.

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Un analista y/o un comentarista está, moralmente, autorizado para prever el resultado de un partido, básicamente sobre dos pilares: la posibilidad y la probabilidad. A título enunciativo menciona el resultado y en el análisis desarrolla el porqué de tal afirmación.

1. La posibilidad: el resultado que yo expongo o enuncio puede ocurrir en los términos que yo lo afirmo, pero "a ciencia cierta" no lo sé, porque también puede no ocurrir. Yo solo presento una hipótesis basada en datos que me sirven de guía para acertar mi aseveración. Una hipótesis, siempre y cuando cumpla con la debida metodología, es una conjetura científica, pero al final del día, es una suposición.

El hecho de que sea una mera suposición no debilita el argumento, porque el analista puede hilar su discurso respetando las reglas de la inferencia o de la deducción; solo que en uno y otro caso deben estar presentes las premisas o preposiciones que anteceden a la conclusión de dicho argumento. En tal sentido, la suposición, idea o juicio que el analista o comentarista deportivo presenta debe estar debidamente sustentado en los principios que informan a la lógica.

Ej.

Si un analista deportivo dice que es posible que mañana el FC. Bayer Múnich le gane al FC. Barcelona, debe explicar -lógicamente- su hipótesis, conjetura o suposición.

2. La probabilidad: el resultado que yo expongo o enuncio es probable o factible, a diferencia de la posibilidad donde dicho resultado solo es potencial. En el caso anterior priva la lógica, en este la estadística.

El comentarista hace una afirmación y tiene la certeza o seguridad factual de lo que afirma porque lo ha constatado, ya sea empíricamente, a través del cálculo de la frecuencia y partiendo de datos objetivos o mediante un análisis más profundo de los datos aleatorios del fenómeno que observo, estudio o analizo.


Ej.

Si un analista deportivo dice que es probable que mañana el FC. Bayer Múnich le gane al FC. Barcelona, debe explicar -matemáticamente- la factibilidad de lo que afirma.

Lo que no le está permitido al analista deportivo (ni a ningún analista) es adivinar el resultado, porque la adivinanza es un enunciado que no atiende a los procedimientos de la razón (lógica) ni de la estadística (matemáticas).


Ej.

Si un analista deportivo dice que mañana el FC. Bayer Múnich le gana al FC. Barcelona, y no construye su argumento de acuerdo a una adecuada "arquitectura lógica o científica", pudiese estar adivinando, aunque acierte el resultado. Adivinanza tampoco es azar, porque las predicciones casuales, fortuitas, etc., están en línea con otro orden de ideas.

Existen categorías tales como: especular (otra suposición), intuir (conocimiento y/o comprensión por medios no racionales), querer (desear).

Muchos comentaristas se atreven a dar un resultados, rayanos en la emoción, especulación, intuición, etc., y obvian, hasta con desdén, razonamientos de base lógica y científica.

En conclusión, pronosticar el resultado de un partido es un ejercicio de predicción, pero a partir de indicios y estos, como bien sabemos, son fenómenos que permiten conocer, inferir, deducir, concluir la existencia de otro (s) no percibido (s).


Mañana el Bayer le gana al Barça. ¿Es probable, es posible o...?


Finalmente el equipo alemán venció al Barça 8 x 2.


a. Aunque un opinador haya acertado la goleada, el comentarista es ajeno al resultado si en el íter de su análisis no explicó las razones (probables o posibles) del mismo.


b. En alguna casa de apuesta alguien habrá ganado dinero con el 8-2 a favor del equipo alemán, pero esta acción oracular tendrá la misma credibilidad que los pronósticos del pulpo Paul y del gato Aquiles.

Ninguno de los dos casos anteriores son vinculantes ni para el análisis ni para el el periodismo deportivo.


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"Después no digan que el tiempo es malo". GOYA.

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